A vista de Pájaro
recorremos los acontecimientos que han dinamizado y enriquecido nuestro vivir en este 2016 recién estrenado y que se va
raudo sin apenas darnos cuenta.
En últimos días del año y primeros días de enero
la luz de la navidad llenaba nuestra casa, las paredes y salones, hablaban por
si solas de lo que deseamos celebrar.
De Montemayor, nos deleitaron a compás de Villancicos el grupo los Campanilleros, con sus atuendos populares, que hablan de una tierra y una época, de un pueblo y una cultura.
Llenaron nuestra casa del alegre, tambor, la flauta y castañuelas.
son días en los que el corazón se abre a la alegría del compartir y el departir, del ofrecer, aquellos talentos, que Dios derrama en cada uno de nosotros, pero que en nuestra casa, cobran el significado amistoso, de la compañía y vecindad del que en este aventurar de la vida, camina acompañado.
El Coro rociero, y sus alegres notas, fueron los protagonistas de una tarde al aire, de la música, a cuyo ritmo, no faltó quien balanceara su cuerpo, de pronto ávido de música y le hiciera revivir a su ritmo, el alegre canto de los villancicos.
La Escuela de música, introdujo en nuestra tarde, un aire de luminosa ingenuidad, Rostros preciosos que aún no llevan las huellas de heridas pasadas, ojos, que asombrados miran nuestra realidad, lejanos aún de que es un devenir lento y que lleva en su fondo los mismos rasgos y la limpieza que llevaron los nuestros años atrás...
Sus cantos, bailes y representaciones, deleitaron nuestra tarde
Mezclados entre sus cantos, sonrisas, y ternura, cual niños de nuevo...