El día 28 de Diciembre, como cada año, hemos tenido una comida de amistad y encuentro, los trabajadores de la casa, en el bar “el pilarcillo” En amena tertulia y familiaridad, degustamos la alegría de sabernos unidos en el mismo afán de hacer de nuestra labor cotidiana, en el cuidar a los mayores, en esa familiaridad exenta de frio profesionalismo y bien condimentada, con la ternura y sencillez que nos caracteriza.
Nuestro deseo es que hagamos de el cuidado y la solicitad una profesión que nos humanice y humanice, más que nos endurezca. Que agrande nuestra capacidad para que puedan acunar sus debilidades, los que han pasado la estación de la autonomía personal, para depositar en nuestras aún sanas capacidades, su debilidad, siendo por ello objeto de amor. de acogida cariñosa y amable.
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